Las áreas de Asuntos Sociales, Consumo y Juventud se pusieron entonces manos a la obra para organizar a un grupo de trece costureras y poner a su disposición el material necesario para su elaboración. El Consistorio compró telas, hilos y elásticos a un proveedor local (incluso recibieron sábanas de ajuar sin estrenar) que se preparaban en un pack para que la Policía Local se las facilitara a estas expertas en corte y confección quienes, de forma altrusita, desde sus domicilios particulares, han producido más de 6.000 unidades en cerca de dos meses de confinamiento.
Para ello Loli Pascual, de quien surgió la idea, siguió un patrón con el visto bueno previo de un enfermero del Centro de Salud local al objeto de que cubriesen tanto boca como nariz y tuvieran las capas necesarias, con el añadido de ser reutilizables al poder lavarse. Mientras unas cortaban el material, otras se encargaban de coserlo en sus máquinas hasta obtener el resultado final.
Las primeras unidades se distribuyeron en el ambulatorio, las farmacias, los comercios esenciales o los trabajadores del Ayuntamiento, pero también han llegado a municipios cercanos como Serón y al hospital ‘La Inmaculada’ de Huércal Overa.
Anticipándose al progresivo desconfinamiento, las costureras empezaron a producir mascarillas de menor tamaño, personalizadas para los más pequeños, con la intención de que pudieran salir a pasear junto a sus padres sin peligro. En total han manufacturado casi 700, en este caso con motivos y colores más alegres.
Maruja López ha aportado su granito de arena con el corte de las telas
El Ayuntamiento aprovechó la ansiada salida de los niños a la calle para hacerles llegar una de esas mascarillas, acompañada de un diploma de superhéroes que atestigua su buen comportamiento durante el tedioso confinamiento: “Lo distribuimos en las dos guarderías del pueblo y los dos colegios, el Trina Rull y el Antoñio Relaño. Se dejaron en horarios escalonados coordinándolo con los centros para que su personal pudiera repartirlas a los padres. Se les daba ambas cosas y les ha hecho mucha ilusión”, explica Miguel Torregrosa, concejal de Juventud del municipio.
Aparte de esa partida de 6.000 unidades hechas a mano, el Consistorio olulense ha puesto a disposición de sus vecinos otro paquete de 2.000 mascarillas quirúrgicas, así como pantallas protectoras, que se hicieron llegar a los comercios locales.
El área de Asuntos Sociales, además, reparte todos los lunes a un grupo de quince niños en riesgo de exclusión social un menú con cinco primeros, cinco segundos y cinco meriendas para cubrir sus necesidades semanales, suministro que la Junta de Andalucía envía y se distribuye a través del Centro de Día, donde llega del catering y se organizan los packs, cubriendo así el servicio subvencionado del comedor escolar.
Un equipo bien engrasado de trece costureras
Loli Pascual, María Castaño, Juana Cáceres, Ana García, Carmen Valdés, Cati García, Encarna Vega, María López, Antonia María Fernández, Mary Katy Bernabé, Paqui Ramos, Manuela Herrero y Elena Fernández han formado el equipo de trece costureras que prácticamente desde que se declaró el estado de alarma y el Ayuntamiento abrió un servicio de voluntariado ofrecieron sus habilidades con el corte y la confección para elaborar material de protección para los vecinos de Olula y de otros municipios limítrofes. En total hasta la fecha han fabricado más de 6.000 mascarillas, tardando unos veinte minutos en elaborar cada unidad, lo que da una dimensión de la ardua labor que han venido realizando.